Este Vídeo muestra las actitudes negativas que habitualmente se generan en un equipo de trabajo y que pueden surgir de nosotros y/o de cualquier otro miembro del equipo, afectando el ambiente de trabajo y las metas propuestas por la organización.
Hace referencia de
como “El virus de la actitud” puede afectar la productividad de un equipo de
trabajo en corto tiempo e indica que para poder combatirlo y lograr ser inmune
a él primero se debe hacer un diagnóstico, el cual plantea no es muy fácil; ya que este virus puede afectar a diferentes
personas de múltiples maneras.
A continuación algunos
tipos de actitud en los que se pueden observar este virus:
1. El
alterado:
Hace que todos se enteren de las cosas exagerándolas y puede parecer violento.(Primera
escena)
2. El
perfeccionista: Usa la palabra calidad como un arma, no valora el
trabajo de los demás, por el contrario parece despreciarlo, puede verse
arrogante y con ímpetu de prepotencia.
(Segunda escena)
3. El resistente: Es normal
que se presente la resistencia al cambio pero si es constante y se enfoca a los
cambios en los procedimientos del trabajo, impacta negativamente la
productividad y tiende a ser contagiosa entre los colaboradores. (Tercera escena)
4.
Ese no es
mi trabajo: No quiere ir más allá del trabajo para el cual fue
contratado, no le gusta cooperar, no se cuenta con él. (Cuarta escena)
5.
El
esparcidor de rumores: Hace comentarios constantemente
negativos y sin fundamento, lo cual afecta negativamente la motivación del
equipo y el ambiente de trabajo. (Quinta escena)
6.
El no
comprometido: No le da la importancia, responsabilidad y seriedad que
requiere su trabajo, primero están sus
cosas personales, no se puede contar con él. Esto afecta la motivación y el
compromiso. (Sexta escena)
7.
El
pesimista:
Transmite negatividad en todo su entorno, aguarda lo malo de cada situación.
No se sabe si espera que lo malo suceda o está trabajando para que ello
pase. (Séptima escena)
Estos tipos de actitud
se dan principalmente frente a los
desafíos de la tecnología que cambian rápidamente de acuerdo a las prioridades
de la organización.
Como
combatir este virus:
Reconocer personalmente
sus propios problemas de actitud, es decir asumir la responsabilidad de su actitud y el impacto
que esta tiene en su productividad.
Ayudar a
que un compañero haga el diagnostico de su actitud, enfocándose en la conducta
y no en la personalidad.
Como líder
o supervisor debe intervenir y mostrar a la persona cómo su conducta produce un
impacto en la productividad y en las metas del equipo, así como también tratar
de generar conciencia en ella para que reconozca
su mala actitud.
Reconocer
las causas ocultas que provocan una actitud improductiva.
Ayudar a los
miembros del equipo a poner en claro sus valores y como ellos se relacionan con
las metas del equipo.
Reemplazar
la vieja e ineficaz reacción ante las actitudes por nuevas respuestas más
adaptables.
Manejar las
situaciones que pueden causar tensión para evitar una recaída de actitud.
Hacer seguimiento
al equipo con un refuerzo positivo.
Es
importante asumir la responsabilidad de nuestros actos por que cuando
reaccionamos únicamente ante una situación nos enfocamos solo a una cosa y con
ello perdemos creatividad y sentido del humor; en cambio al elegir tomar la
responsabilidad por si mismos nos estamos abriendo a una variedad más amplia de
acciones.
Aunque
en varias situaciones no es fácil asumir la responsabilidad de como resultan
las cosas pues muchas de ellas se encuentran fuera de nuestro control, si tenemos
la opción de:
Elegir el
tipo de actitud que podemos tomar frente a la situación.
Ser
honestos y reconocer las causas de una actitud improductiva tanto en nosotros
como en los demás.
Como supervisor estar dispuesto al diálogo
con el miembro del equipo sobre la situación que le puede estar afectando para que
en conjunto encuentren la mejor manera de manejarla, ya que habitualmente estas
situaciones causan frustración al no poder resolverlas, haciéndonos vulnerables al virus de la
actitud, así como también a enfermedades físicas originadas por no saber
manejar el enojo. Por ello es necesario
reconocer estas causas ocultas y buscar
alternativas de cambio, pero también
alienar nuestras metas personales con las del equipo.
Al convertirse en problema un conflicto entre
las metas personales y del equipo el supervisor debe estar dispuesto a ayudar
al miembro del equipo a poner en claro sus valores y en qué forma se relacionan
con las metas del equipo.
Reemplazar viejas reacciones inútiles con una
nueva respuesta que se adecúe mejor a la situación.
Dar
orientación a otro miembro del equipo que tenga problemas de actitud, ayudándolo
a entender lo relevante que es el hecho de cambiar su respuesta negativa,
incentivándolo a que utilice una respuesta nueva dejando de lado el ambiente de
crítica, que con el tiempo y al manejarse frecuentemente generare mejores
conductas y resultados más positivos.
Como
evitar una recaída en la actitud:
- Manejar
las situaciones que producen tensión.
Darles
seguimiento para que no vuelvan a ocurrir.
Monitorear
los signos vitales con el miembro del equipo haciendo seguimiento (valorar el
refuerzo positivo en los cambios de actitud).
Modelar el
comportamiento que desearíamos ver en los demás impactando de manera positiva
en nosotros y en nuestro equipo.
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