En su teoría Peter Senge, plantea que las
empresas que mejoran en el tiempo son “Las Organizaciones Inteligentes”, o sea
las que están conformadas por grupos de personas que alinean talentos y
capacidades con el fin de aprender a triunfar unidos y alcanzar las metas
propuestas, inclusive frente a contextos que cambian continuamente. Esto les
permite aprovechar al máximo sus experiencias aprendiendo de ellas.
Enfocado a una ideología Sistémica,
Senge anima a ampliar el campo de observación de las organizaciones para poder
entender sus complejidades y la forma en que interactúan.
Por un lado se
encuentra la visión tradicional de las empresas conformadas por fenómenos
separados y autónomos entre sí. Su falta de confianza en los colaboradores en cuanto a sus
capacidades, grado de compromiso y su responsabilidad, las llevan a diseñar
mecanismos de control rígidos, sofisticados o burdos, generando un deterioro gradual
o acelerado de sus niveles calidad, productividad, de la moral y subsistencia
misma de la organización;
en cambio el enfoque sistémico plantea pensar en conjunto y hacer vínculos, identificando
puntos de mejora que permitan recobrar
el equilibrio del sistema y a la vez estar dispuesto al aprendizaje continuo y a
la auto-superación.
Este enfoque supone que todos los
miembros de la organización:
- Son elementos valiosos con la capacidad suficiente para contribuir mucho más de lo que normalmente se espera.
- Tienen la habilidad de comprometerse enteramente con la visión de la empresa, sintiéndola como suya y asumiendo una alta responsabilidad.
- Reconocen sus habilidades, cualidades y limitaciones y se sirven de ellas para poder crecer.
- Tienen la capacidad de trabajar en equipo para cumplir los objetivos planeados, aportando creatividad.
Para poder identificar, obtener y
aprovechar todo esto, el aprendizaje organizacional demanda un desarrollo a
largo plazo de los individuos y de sus empresas.
A continuación las cinco Disciplinas del Aprendizaje continuo propuestas por Senge:
1. Dominio personal:
Consiste en aprender a reconocer tanto nuestras capacidades como las de las personas que nos rodean, pues al reconocer quiénes somos realmente, que es lo que deseamos y que somos capaces de llegar a hacer, estaremos capacitados para identificarnos con la visión de la organización, plantear soluciones creativas y comprometernos a crecer cada vez más junto con la organización.
2. Identificar y desarrollar nuestros modelos
mentales:
Las diferentes maneras en que pensamos o los modelos inconscientes (paradigmas), muchas veces limitan nuestra forma de ver el mundo y la forma en que procedemos. Para descubrirlos debemos mirar hacia nuestro interior y descubrir todas estas percepciones que nos dirigen desde dentro.
El conocer y manejar nuestros modelos o paradigmas nos brindarán la capacidad para promover formas de comunicación clara y efectiva dentro de la empresa que nos sirvan como apoyo para crecer y no se conviertan en un obstáculo.
3. Impulsar la visión compartida:
Para ello cada colaborador debe aprender a descubrir en sí mismo la capacidad para crear una visión personal, que de sentido a su vida y a la vez a su trabajo, y que vaya alineada a la visión establecida por el líder; con el fin de generar una visión compartida que guíe la gestión de los individuos y grupos hacia objetivos futuros comunes.
4. Fomentar el trabajo en equipo:
El crear y fortalecer a los equipos de trabajo se centra básicamente en el diálogo, en pensar juntos para obtener mejores ideas. En el interior de los grupos se dan infinidad de relaciones inconscientes que van fijando la calidad del diálogo (mecanismos de auto-defensa, sentimientos de inferioridad o superioridad, deseos de complacer al superior, etc.). Todos estos mecanismos funcionan bajo patrones que debemos aprender a reconocer y manejar, de tal forma que podamos identificar dificultades potenciales, dando cabida a que siempre el talento en grupo sea desarrollado.
5. Generar el pensamiento sistémico:
Esta quinta disciplina nos ayuda a pensar en términos de sistemas, ya que la realidad funciona con base en sistemas globales, pero para ello es necesario que comprendamos cómo funciona el mundo que nos rodea. La esencia de la quinta disciplina consiste en un cambio de perspectiva de las situaciones que vivimos para poder identificar las interrelaciones en lugar de asociarlas a cadenas lineales de causa-efecto. Para ello es necesario buscar soluciones de fondo a los problemas y no desgastarse en vano intentando remediar los indicios o síntomas de los mismos.
Las
organizaciones inteligentes buscan asegurarse continuamente de que cada una de
las personas que la componen esté aprendiendo y poniendo en práctica todo el
potencial de sus capacidades; es decir, la capacidad de comprender la
complejidad, de adquirir compromisos, de asumir su responsabilidad, de buscar
el continuo auto-crecimiento, de crear sinergias a través del trabajo en
equipo.
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