Por naturaleza podemos expresar fácilmente que nos gusta y que no nos gusta de nuestro presente, así como lo que nos gustó y lo que no nos gustó de nuestro pasado, pero es más difícil saber que deseamos para nuestro futuro debido a que desde nuestra infancia no nos prepararon para tener confianza en sí mismos y por ello muchas veces no tenemos claro lo que deseamos o si creemos saberlo sentimos temor de ser juzgados al expresarlo. Esto debido a que todavía nos encontramos en una cultura de conformismo, temor e incertidumbre por descubrir cosas nuevas y donde el soñar muchas veces no tiene sentido.
Estos
temores no llevan a permanecer en la zona
de confort, donde vivimos experiencias tanto positivas como negativas; pero
a pesar de ello nos encontramos cómodos pues conocemos y dominamos esta zona.
Si nos atreviéramos a pasar a la zona de
aprendizaje, podríamos descubrir nuevas cosas, nuevos lugares, cambiar
hábitos, aprender, observar, experimentar, comparar, etc., muchos no lo hacemos
porque pensamos que vamos a estar en la zona
de pánico, donde no entramos porque creemos que pueden ocurrir cosas negativas,
cosas graves y esto nos genera miedo e inseguridad, pensamos que si actuamos
las cosas pueden salir mal; pero si queremos podemos convertir la zona de
pánico en la zona mágica, la zona de
los retos, la que nos brinda la oportunidad de encontrar cosas nuevas,
desconocidas y extraordinarias, cambios que aporten a nuestro desarrollo, aunque
debemos tener presente que en este camino nos vamos a encontrar con la tensión emocional, la que nos atrae
hacia la zona de confort y la tensión
creativa, la que nos lleva al desarrollo (estas son opuestas entre sí), es
allí donde si queremos avanzar, debemos enfrentar el miedo a lo que piensen los
demás, a fallar, al ridículo, a la vergüenza y en cambio empezar a creer en
nosotros y tomar decisiones, lo que nos ayudará a mejorar nuestra autoestima y
ver con mayor claridad nuevas oportunidades, elegir nuestros objetivos y tener
claro cuál es nuestro sueño, que nos motiva, así como también tener claridad sobre el camino que debemos recorrer
para poder alcanzarlo y a la vez tomar conciencia de que nos falta por aprender
y cuál es nuestra misión en la vida.
Si
dejamos a un lado los prejuicios, confiamos en nosotros mismos, en nuestros
sueños, nos trazamos metas, asumimos riesgos y nos apoyamos en todo lo positivo
que podamos rescatar de la zona de confort, aunque al principio pensemos que no
estamos preparados y que somos poco competentes, finalmente podremos descubrir
nuevas cosas que nos enriquecerán y nos ayudarán a desarrollar tanto a nivel
personal como profesional.
La zona de confort, es
la zona donde nos movemos todo el tiempo ya sea viviendo experiencias positivas
o negativas, esta nos brinda comodidad pues la conocemos y dominamos.
Alrededor
de la zona de confort se encuentra la
Zona de aprendizaje, en esta zona podemos ampliar la visión del mundo,
aprender cosas nuevas, conocer nuevos lugares, cambiar hábitos, allí podemos
observar, experimentar, comparar, aprender.
Zona de pánico o no experiencia, es
la zona donde dicen que pueden ocurrir
cosas graves, donde pensamos que si actuamos las cosas pueden salir mal, pero
si queremos podemos convertirla en la Zona
mágica, la zona de retos, la que nos brinda la oportunidad de encontrar cosas desconocidas y
extraordinarias, cambios que aporten a nuestro desarrollo.
Tensión Emocional: nos
atrae hacia la zona de confort
Tensión Creativa: nos
atrae para avanzar al exterior
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